Aleister Crowley, el mago negro

Quien es Aleister Crowley?
Aleister Crowley, el hombre más perverso del mundo. A los ocho años Aleister Crowley cogió un gato, le administró arsénico y, para que no opusiera resistencia, le suministró cloroformo. Así pudo gasearle en el horno, después quemarle y, tras otras torturas, le despellejó vivo.

Imagen IPB
Su madre le llamaba «La Bestia» y «666» porque su hijo le recordaba las dos bestias del Apocalipsis, cuyo texto dice: «Vi como salía del mar una bestia, que tenía diez cuernos y siete cabezas… Abrió su boca en blasfemias contra Dios… Fuéle otorgado hacer la guerra a los santos y vencerlos… El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia porque es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis».
El niño no se amilanaba ante la comparación y la llamaba «estúpida santurrona». Cuando su madre murió, ya adulto, añadió «¡que el diablo tenga su alma!». Crowley no sentía más simpatía por su padre, llegando a sustituir su nombre, Edward Alexander, por el de Aleister.
No hubo persona a la que no destrozara, juramento que no incumpliera, vicio que no probara. Su primera mujer era hermana de uno de sus amigos, una joven viuda harta del acoso de sus pretendientes, a la que Crowley ofreció «matrimonio sin consumación» para que se librase de ellos. Se casaron y, a las pocas horas, Crowley incumplía su compromiso. Ella se hizo alcohólica y murió en uno de sus delirium tremens. Antes de divorciarse, Crowley casi mata a su suegra al tirarla por la escalera cuando la echaba a patadas de su casa.
Crowley es un personaje incómodo para muchos masones, dado que era un satanista confeso e incluso estuvo envuelto en la perpetración de sacrificios humanos. Sin embargo, lo cierto es que había sido iniciado en la masonería, y que sus credenciales debían de ser lo suficientemente sólidas como para que Reuss, en 1912, lo nombrara además Gran Maestre Nacional General X de OTO para Gran Bretaña e Irlanda.
Crowley fue creciendo con un odio profundo al cristianismo, hasta el punto de que gustaba identificarse con el 666, el número de la Bestia del Apocalipsis. Estudió en Cambridge, y en 1898 fue iniciado en la Golden Dawn.
Crowley no tardó en desilusionarse con la Golden Dawn, y en 1900, estando en México, fue iniciado en la masonería, según él mismo relata en sus Confesiones.
En 1903 se casó con Rose Kelly y marchó a Egipto, para pasar la luna de miel. A inicios de 1904, encontrándose en El Cairo, Rose comenzó a entrar en trance y a decir a su marido que el dios Horus deseaba hablarle. Dado que Rose no había tenido previamente este tipo de experiencias, Crowley la llevó al museo Boulak y le pidió que le señalara al dios en cuestión. La mujer se detuvo ante una estela funeraria donde aparecía Horus y que estaba numerada con el 666.
Del 8 al 9 de abril de 1904 Crowley recibió una revelación, a la que daría el nombre de “Liber AL vel Legis”, o Libro de la Ley, inicio de la era de Horus, que sería gobernada por la ley de Thelema (la palabra griega para voluntad). Esa ley podía resumirse en la fórmula: “Haz lo que quieras”. Antes de que concluyera el año Crowley fue iniciado en la logia anglosajona n. 343, que desde 1964 se encuentra bajo la jurisdicción de la Gran Logia Nacional Francesa de París como n. 103. Se iba a producir entonces un acontecimiento, según Crowley, que tendría enorme importancia.
Dos años después Crowley se hallaba en Gran Bretaña, con la intención de crear una orden mágica que debía seguir los pasos de la Golden Dawn y que recibió el nombre de AA, por Astron Argon o Astrum Argentium. En 1910, como ya vimos, Crowley se integraba en OTO, la orden creada por masones, y, por tercera vez, entró en contacto con la masonería, esta vez en la persona de John Yarker, que le confirió los grados 33, 90 y 95 del antiguo y aceptable rito de Menfis y Mizraim
Crowley, después de una vida aventurera y activa, acabó muriendo en una casa de huéspedes de Hastings, aquejado de degeneración del miocardio y bronquitis aguda. Fue incinerado en una ceremonia a la que acudieron algunos de sus discípulos y amigos en la que leyeron parte de los Textos Sagrados de Thelema, entre ellos, pasajes del Liber Legis, y también de su Himno a Pan.
Existen distintas versiones sobre las últimas palabras de Crowley en su lecho de muerte. Según el relato de John Symonds, la enfermera le había contado que Crowley le había sujetado la mano con fuerza y, con lágrimas en los ojos, le había dicho: “Estoy perplejo”. Sin embargo, según un tal Sr. Rowe, que estaba presente en la habitación, Crowley dijo “A veces me odio a mí mismo”. Según otra de las versiones, recogida por Gerald Suster en su biografía de Crowley, un empleado de la casa oyó un fuerte ruido en el piso superior mientras limpiaba los muebles, subió y vio a Crowley muerto en el suelo de su habitación. Finalmente, según Patricia MacAlpine, madre del único hijo de Crowley, murió pacíficamente en su lecho mientras soplaba el viento y sonaban truenos en el exterior. En palabras de MacAlpine, “eran los dioses, que lo saludaban”.
Actualmente, las enseñanzas de Crowley, son impartidas por diversas órdenes esotéricas que reclaman su legitimidad sobre las demás, siendo por abrumadora diferencia la más grande y extendida de todas la Ordo Templi Orientis
fuente:
wikipedia.com
mundoparanormal.com
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frost

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