El infierno de la familia Smurl

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Casa de Jack y Janet Smurl en Pittston, un duplex construido en 1882, en el oeste de Pennsylvania, fue el escenario de uno de los más horribles y más famosos de América de posesiónes demoniacas, entre los años 1974 y 1989. El caso de Jack y Janet Smurl todavía sigue en debate en cuanto a la veracidad de los hechos.
En 1972, después del huracán Agnes inundó gran parte del noreste de Pensilvania, la familia Smurl se vio obligada a abandonar sus hogares en Wilkes-Barre. Jack, los padres, John y Mary Smurl, compró la casa en el oeste de Pittston en 1973, a 18.000 dólares.
John y Mary vivían en el lado derecho, mientras que Jack, Janet y sus dos primeros hijas, Down e Heather, había ocupado la izquierda. Los Smurl dedicaron mucho tiempo y dinero para dejar la casa en condiciones.
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La familia Smurl eran muy católicos, y los primeros 18 meses de vida en la nueva casa, fueron muy felices … pero pronto comenzó los fenómenos desconocidos a interrumpir sus vidas.
De acuerdo a los Smurl, los primeros signos de actividad paranormal comenzaron en el 1974, cuando una TV se incendio espontáneamente, y que de un día para el otro, una mancha apareció en una alfombra. Las tuberías comenzaron a gotear, mismo pese a haber sido resoldadas por un plomero en diferentes oportunidades, y rasguños parecidos a los de un gato gigante aparecieron en los marcos de las puertas y pintura de las paredes.
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En el año 1977, los eventos paranormales fueron en aumento. Los sucesos extraños que se sucedían sin explicación lógica, dejaban a la familia Smurl acongojados. Los baños se descargaban sin intervención humana, se escuchaban pasos en las escaleras, los cajones de los muebles se abrían y cerraban solos, las radios funcionaban mismo sin estar enchufadas, las mecedoras se mecían solas y un olor fétido llenaba la casa.

En 1985, John y Mary, los padres de Jack Smurl, declararon escuchar gritos en lenguaje obsceno, y la casa de Jack y Janet, frecuentemente se volvía extremadamente fría.
Dos días después de esto, un frio helado barrio la casa y una extraña figura humana se materializo en la cocina frente a Janet. Media casi dos metros de altura, aunque no tenia rasgos faciales. Luego, esta figura aparecería frente a Mary Smurl, también en la cocina.
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En 1986, la familia solicito la ayuda de una pareja controversial de demonologistas, Ed y Lorraine Warren, quienes anunciaron que la casa estaba poseída por tres espíritus bajos y un demonio poderoso. Intentaron persuadir al demonio para dejar la casa tocando musica religiosa y rezando… El demonio reacciono sacudiendo espejos, vestidores y muebles.
Jack alego una noche ser violentado sexualmente por un Súcubo cubierto de escamas, con el cuerpo de una mujer joven, pero la cabeza de una mujer vieja. Janet también declaro haber sido asaltada sexualmente por una sombría figura humanoide.
Los Smurl convocaron al Padre Robert McKenna. El condujo dos exorcismos en latín y más de 50 misas católicas, lo que aparentemente enfureció al demonio aun más. Ellos declararon luego que el demonio llego a seguirlos cuando viajaban de vacaciones, o para molestar a Jack durante su trabajo.
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Fue en este tiempo que los Smurl aparecieron en la TV en un show de Philadelphia llamado The People are Talking, moderado por Richard Bey. El demonio reacciono violando a Jack nuevamente, esta vez apareciendo frente a el como un ser mitad hombre, mitad cerdo. Janet era empujada y lanzada por los aires por una fuerza invisible.
Frustrados, agotados y privados de toda esperanza, la Smurls se trasladaron a otra ciudad, poco antes del lanzamiento de un libro sobre su odisea paranormal, titulado “The Haunted”.
La iglesia aprobó un cuarto exorcismo en 1988, que finalmente parece haberles dado la paz. Una versión cinematográfica del libro “The Haunted” salió en cines en 1991. En español a esta película se la conoce como “La Casa De las almas perdidas.”
Otro caso paranormal en donde se violenta fisicamente a las personas , puede ser tanto o mas increible que el caso de Carla Morán …

Niños Indigo

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Los niños han cambiado y mucho. Basta con sólo estar atentos y escucharlos para comprobar que la generación actual de infantes poco tiene que ver con la de hace 20 o 30 años atrás.
Muchas veces, los más perplejos y desconcertados son los padres y profesores quienes ante sus actitudes y respuestas se sienten con pocas herramientas como para responderles. Ya que parece que estuviésemos frente a verdaderos “viejos chicos”, que cuestionan en mundo que los rodea y no temen desafiar a la autoridad o manifestar sus opiniones.
Este fenómeno no es nada de nuevo y ha motivado una serie de reflexiones y observaciones con respecto a la evolución sicológica y espiritual de los niños que han nacido en la última década. Los resultados han sido sorprendentes.
NIÑOS ¿MAESTROS?
Según entendidos, en la tierra existe una nueva generación de niños, los denominados Índigo y Cristal. Su llegada a no es fortuita ya que existen antiguas profecías, bíblicas, mayas e incluso de Nostradamus, que avisaban de su aparición. “Hay profecías que dicen que “al final de los tiempos”, refiriéndose a esta civilización, van a vivir maestros. Por ese motivo como planeta y raza humana debemos evolucionar. O te vas con el tema de la materia, el individualismo o para el lado de el espíritu, del amor, de lo trascendente, de lo colectivo”, dice de entrada la psicóloga de la Universidad Católica Catalina Giacaman, quien nos explica este fenómeno. La profesional, ha dedicado parte de su carrera a entender los cambios mundiales y en la humanidad desde una perspectiva más mística, con el fin de realizar un cuadro de los fenómenos que están ocurriendo en este momento, donde la generación actual goza de un rol protagónico.
“El tema es que espiritualmente cada vez nacen seres más evolucionados. Su rol es ser nuestros maestros”, añade.
Todo esto guarda relación con los campos energéticos más desarrollados con que vienen estos pequeños. “Nosotros vibramos con el tercer chakra, el que tiene que ver con el poder. Con la evolución, los centros energéticos se van abriendo. En la prehistoria se funcionaba sólo con el primero que tenía que ver con la sobrevivencia. Después se empieza a evolucionar y con la sobrevivencia asegurada comenzamos (la humanidad) a vibrar con el segundo chakra, que es el de la relación con el resto. De esta manera despertamos el chakra del interés por el otro, comienza la navegación, el querer descubrir nuevas culturas y la sexualidad, pero no entendida sólo como forma de mantener la especie”, recalca.
El tercer chakra, con el cual la mayor parte de la humanidad vibra actualmente, tiene que ver con el poder, aquella característica que nos separa de los animales y que bien entendido nos permite organizar nuestra voluntad y dominar nuestras pasiones. Mal entendido es el que usamos sobre los otros, para que actúen para nuestro beneficio.
En medio de este panorama, surge la necesidad de ingresar a una nueva etapa y de abrir el cuarto campo energético. Y esa misión está en manos de los índigos, quienes reciben dicho nombre debido al color de su aura (azul índigo). “Nosotros debemos pasar al cuarto chakra que tiene que ver con el amor, en una era colectiva. Los índigo vienen a acelerar esta misión. Nuestro nivel vibratorio en el planeta es muy bajo, y por consiguiente de conciencia. A partir de lo cual no podemos hacer nada más que repetir los patrones que tenemos grabados en nuestros centros energéticos. Como estos niños tienen un nivel muy alto de vibración podrán asumir la baja vibratoria del planeta completo. Incluso a sacrificarse por el colectivo”.
¿Hace cuánto tiempo que comenzaron a nacer?
Hace mucho. Hay índigos de 40 años.
¿Ha ido aumentando la cantidad de niños índigos nacidos?
Sí. Hace como cinco u ocho años atrás se decía que el 80 por ciento de los niños menores de 10 años eran índigo. La situación ha ido variando muy rápido por lo que hoy, perfectamente, podría alcanzar el 100 por ciento.
¿Cómo se pueden reconocer?
Escúchalos y dicen cosas que tu te preguntas “¿de adónde las sacaron?”. Tienen una conexión espiritual muy grande. Ellos saben cosas.
¿Sufren en este sistema?
Muchísimo, porque son más evolucionados que los padres, imagínate lo que eso significa. El sistema educacional no sabe como manejarlos y apunta a que se amolden al sistema y es éste el que debiera amoldarse a ellos. El problema es que el niño índigo no cede ante la autoridad, cede frente al ejemplo, la razón y la negociación. Ellos no se someten. Por eso hay algunos que los echan de todos los colegios. Como son más evolucionados que sus padres saben cuando sus progenitores les están mintiendo o que tienen miedo.
¿Son parte de la “generación ritalín”?
Exacto, los confunden con niños hiperquinéticos con déficit atencional. Porque tienen una capacidad de aprendizaje rapidísima entonces al minuto se aburren. Hay que ponerlos en un colegio que maneje esas variables con atención personalizada. Todos esos se preocupan de la persona.
fuente:
http://www.terra.cl/astrologia/index.cfm?p…;id_reg=1245636

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