elfos oscuros

Los Elfos Oscuros

Los elfos oscuros son una rama de los elfos que en la antigüedad fueron seducidos por los dioses de la oscuridad, se encerraron en las cuevas de las Montañas Eternas, en ellas habitaron durante siglos, construyendo ciudades ocultas en el interior de las montañas. Finalmente los elfos oscuros se encontraron con los primeros habitantes del submundo, los enanos, con ellos lucharon y continúan luchando por el control de las minas de joyas y materiales preciosos.

Los elfos oscuros vivieron muy de cerca la llegada de los demonios al mundo. La entrada Norte del reino de los elfos se encontraba muy cerca del Abismo de Fuego, por donde el ejercito del infierno entró. La primera reacción de los elfos fue retirarse hacia el interior de las montañas. Durante años permanecieron ahí, hasta la llegada de aquel que llamaron “Nuevo Rey”. Esta figura enigmática lidero a los Elfos Oscuros a retomar sus tierras, sellando el propio Abismo de Fuego, como una vez ya había estado.

A pesar de su actitud en la Guerra con los Demonios, los Elfos Oscuros siguen siendo una raza despreciada por el resto de pueblos, aun así los dominios de las montañas quedaron bajo su poder y así se mantienen hasta la actualidad.



Las Asradi, las Reinas del Hielo.

Las Asradi son entidades femeninas
de inusual belleza, delicadeza y fragilidad.

Su piel es de una blancura
increíblemente brillante.
Sus cabellos son más bien rígidos,
y tienen el tono grisáceo de los icebergs.

Habitan en las heladas aguas
del Mar del Norte,
y sólo suben a la superficie durante
las claras noches de luna llena.
La razón de esto no hay que buscarla
en su condición taciturna, sino
en la coquetería; ya que las Asradi
utilizan la luz de la luna
para platear sus cabellos.

Evitan escrupulosamente el contacto
con los humanos, de hecho no existen
relatos en dónde las dos razas interactúen.
Lo máximo que se llega a describir
es algún esporádico avistamiento
de un marinero y nada más.

Los folcloristas nos advierten que
al sentir la mirada de los hombres,
las Asradi se disuelven en la materia
que las componen, es decir, el agua,
dejando al indiscreto con la sensación
de haber visto algo,
pero nunca con la certeza.

Su existencia gira en torno al ciclo lunar,
cuya luz las nutre y ampara durante
los largos siglos que llegan a vivir.

El sol, en cambio,
les produce la muerte.

Elfos de la Oscuridad


Se cree que los elfos oscuros llegaron al mundo junto con los enanos; creciendo como gusanos que se alimentaban de la corrupta carne muerta del gigante Ymir. Para los mitólogos del siglo XIX los Svartalfr personificaban el sonambulismo y la pesadilla, el terror a la oscuridad nocturna. Así nos lo dice un exaltado X.B.Saintine:
“Durante el sueño inquieto
de las noches más oscuras
es el elfo negro quien dirige
los movimientos del durmiente;
vive dentro de él, piensa y siente por él.
Le hace trepar sobre los muebles
y hasta sobre los techos”.

Veamos que tienen para decir los bestiarios medievales:
“Los elfos negros viven bajo tierra;
son feos, de larga nariz y
de un color negro sucio ,
aparecen sólo durante la noche,
pues odian la luz del día, la cual temen.
Su lengua es el eco de los parajes solitarios,
y viven en cuevas y húmedas grietas…”

Así los describe Thomas Bulfinch en su “Edad de Oro del Mito y la Leyenda”:
“…los Elfos Negros o de la Noche
eran unas criaturas muy diferentes
de los elfos de la luz).
Se trataban de feos enanos
de largas narices color marrón sucio,
que sólo aparecían de noche.
Evitaban al sol como a su más mortal enemigo,
ya que se convertían en piedras
en cuanto sus rayos les alcanzaban.
Su lenguaje era un solitario eco
y su hogar las cuevas y cavernas.
Se suponía que habían nacido cómo gusanos
de la carne pútrida de Ymir y a los que,
posteriormente, los dioses dotaron
de forma humana y entendimiento.
Poseían un notable conocimiento
de los poderes de la naturaleza
y de las runas, que ellos habían grabado.
Eran los más hábiles artesanos
entre todos los seres creados.
Trabajaban especialmente los metales y la madera.
Entre sus obras más sobresalientes
se encontraba el Martillo de Thor
y el barco Skidbladnir, que regalaron a Frey,
y que era tan colosal que en él cabían
todos los dioses con sus enseres de guerra,
pero estaba construído tán magistralmente
que podía doblarse y guardarse en un bolsillo…”

Pero lo que más ha perdurado en el inconsciente de la raza no es el Elfo Oscuro en sí, sino una de sus fechorías más temidas por la gente del campo, el robo de bebés. Era tradición que los Elfos Negros entraban a las habitaciones para alimentarse del aliento de los niños, y hasta llevárselos a sus tenebrosas moradas. Allí el infante era criado como uno más de la familia oscura. Se lo iniciaba en el conocimiento de la nigromancia y las artes negras. A veces estos niños volvían ya adultos, convertidos en brujos de extraordinario poder. Con el tiempo esta clásica jugarreta de los Elfos Oscuros fue transferida a la figura del diablo.

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