Sirenas en la Vida Real

SIRENAS EN LA VIDA REAL

Hasta en los mapas del Renacimiento podía leerse la frase
“Hic sunt sirenae”(Aquí están las sirenas)
escrita en medio de las áreas destinadas a los océanos.
El hombre que surcó el Atlántico, Cristóbal Colón,
también asegura que él y sus hombres las vieron,
aunque no tan bellas como cuentan las historias.

Muchas crónicas de reyes refieren la existencia
de sirenas capturadas, y aún cercanos nuestros días
navegantes y exploradores relatan encuentros con mujeres marinas,
como una que apareció en la Antártida en 1823
u otra en las Bahamas en 1869.
La primera tenía los cabellos verdes,
la segunda, azules.

Sin ir más lejos, en Liérganes, municipio español,
existió un hombre-pez,
y circulan rumores de otro ser
de estas características en el río Ebro.

Un escrito de 1432, aparecido en Venecia
cuenta el siguiente relato:
” El ser capturado esta noche por un grupo de marinos
concuerda con las conocidas sirenas,
es una mujer de cabellos y ojos negros,
sus piernas están cubiertas por duras escamas
y terminan en una sola extremidad con forma de cola de pez.
No había forma de comunicarse con ella,
su rostro mostraba el dolor
y la necesidad de volver al agua,
intentamos sacar algunas de estas escamas
pero sus gritos y los movimientos desesperantes
voltearon a los 3 marinos que la sostenían.
Esto me conmovió enormemente
y decidí regresarla nuevamente al agua.”

Este hecho sucedió el 28 de enero de 1432
a bordo del barco veneciano
“Nuestro Señor de las tempestades”,
que navegaba por las costas del sur de África;
su capitán (se desconoce su nombre ya
que estos barcos formaban parte
de una compañía mercantil,
en donde los capitanes rotaban de barcos en cada viaje)
asentó este relato y dio fe de ser real.

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