- 2 tenis
- pinturas acrílicas de varios colores
- marcadores
- papel cebolla
- 1 juego de pinceles
- x-acto y tijeras
- pegamento
- tela
- barniz para madera
1.Haber vamos apelando al baul de mis recuerdos, lo primero que hice fue sacar los tenis de la caja, contemplarlos y pensar en la bronca que me metí. Sin alternativa, comenzé por bloquear algunas zonas de los “cortez” y pintar las suelas y el logotipo de nike en la zona anterior.
2.Tomé el arma blanca, inseguro, con el pulso tembloroso y casi con los ojos cerrados herí de muerte al tenis por la parte inferior del logo de la diosa de la victoria, de a poco tomé confianza y corté cuanta costura me presentó resistencia en el camino.
3.Era turno del papel cebolla que extraje de mi blog de dibujo, lo sometí contra la cara interior y exterior del ejemplar, deslicé el marcador obteniendo un registro más o menos preciso de las áreas que serían forradas con la tela sublimada. El siguiente paso creo que el lector lo puede imaginar.
4.La noche caído había ya, la iluminación de casa apenas superaba la de la penumbra y no podía parar, el reloj descontaba, sin thinner, había que escoger el pincel a dañar. Escandaloso olor a punto de seducirme emanaba de tan pequeña lata, la visión viajaba un poco, pincel y desarmador en mano parecían laborar flotantes pegando y escondiendo los retazos bajos las comisuras de la piel.
5.Cambio de locación, “la recámara”, día “D” creo, me pregunto como eliminar los remanentes textiles sin dañar lo avanzado.
6.Hora de fabricar colores, turno del amarillo deseado, un poco de amarillo fluorescente se invade de algunos decílitros de croma mostaza, tras un par de minutos de agitar vigorosamente el pomo, el amarillo deseado. Plicar, secar, aplicar, secar, aplicar secar, etc. Los amarillos son un tanto fastidiosos, requieren de repetidas y repetidas aplicaciones.
7.Lo terminamos en “siete” por cábala. Poniéndonos en materia, busco algún tipo de solvente que le de vida a la tela sublimada, parda y rosada, al final tiene que presentar un tono de rojo anaranjado, en la ferretería me encuentro un barniz para madera, al final da resultado. Igualo el tono de la tela en pintura acrílica y lo aplico en las puntas. Corto los remanentes de tela con el x-acto, aplico un tono de crema en el logo de nike y batallo más de lo estimado colocando las agujetas. Salgo corriendo, con la amenaza del tiempo y la lluvia no hubo momento para capturar una toma digna.
En algun momento de la exposición en que un par abandonó al otro en el exhibidor.
Esta fue la receta burda de un custom, espero no los pierda más de loq ue ya están perdidos.
fuente
www.satyriconegro.com/
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